Psicologia Inversa

Es una técnica conductista descrita por el psiquiatra y escritor Viktor Frankl. Consiste en modificar la conducta de la otra persona cuando esta se resiste a hacer lo que queremos, es un truco mediante el cual al cambiar nosotros de posición (y defender la opuesta a la original) y querer el otro llevarnos la contraria acaba por aceptar lo que realmente nos interesaba que aceptara (llevándonos la contraria lo que le hace creer que gana el).

He de decir que es una técnica de manipulación y como tal puede suponer algún que otro dilemilla moral. Todos sabemos que la psicología inversa es el fenómeno de conseguir que alguien haga algo que queremos diciéndoles que hagan lo contrario a lo que se desea que hagan. Pero lo que no sabe mucha gente es porque funciona o como aplicarla. Pues bien, en psicología es un fenómeno bastante estudiado, además de ser bastante divertido de observar.


¿Funciona?



Sí funciona (aunque no siempre). Funciona debido al fenómeno cognitivo conocido (emocional) como resistencia psicológica. Esta resistencia se refiere a la necesidad de demostrar la libertad de uno mismo, la autonomía. Cuando vemos que hacer lo que nos dicen es algo impuesto que implicaría ceder e implícitamente perder libertad (esta sensación puede ser real o subjetiva), tendemos a hacer lo contrario para reivindicarla. Es una activación motivacional que busca restaurar la propia autonomía y libertad de acción. Se acentúa esto por el sesgo que infravalora las cosas permitidas y sobrevalora las prohibidas. Es una respuesta que se emite ante una amenaza hacía nuestras libertades.







¿Cuándo usarla?


Antes de nada conviene que tengas presente que las personas suelen responder mejor a peticiones directas. Sin embargo, en aquellas que se resisten al cambio o a las sugerencias es donde puedes intentar la psicología inversa como último recurso.


Si bien es cierto que los expertos todavía no han consensuado cómo usarla, sí que se pueden sacar algunas conclusiones preliminares sobre cuándo funciona mejor:

En gente muy segura de sí misma, tozuda o con mucho ego, porque si les dices que no saben hacer algo seguramente querrán demostrarte que te equivocas. Sin embargo no es bueno hacerlo en gente con baja autoestima, ya que corres el riesgo de que realmente crean que no son capaces y los hundas más.
En personas en un estado muy emocional. Si alguien está enfadado o incluso furioso no será tan racional y es más probable que la psicología inversa funcione. ¡Con esto no estoy diciendo que hagas cabrear a tu interlocutor antes!
Cuando la otra persona sabe lo que tiene que hacer para llegar a tu objetivo. Si quieres que alguien adelgace es mucho más efectivo decirle “apuesto a que no puedes cenar verdura durante un mes” que no “nunca conseguirás adelgazar” porque en el segundo caso no le dices específicamente qué tiene que hacer y que tenga éxito depende de un montón de factores.

Funciona especialmente bien en niños pequeños, aunque la verdad es que algunos adultos no se diferencian mucho. 





Esta imagen nos muestra claramente cómo se utiliza la psicología inversa que mejor manera que prohibiendo algo, como todos somos curiosos vamos hacer lo contrario a lo que nos dicen.



Un ejemplo mas de psicología inversa 












Referenciación

Medciencia, título: psicología inversa,
Visita el: 7 de septiembre de 2015

Pau Navarro,  Abril 3, 2014,   Habilidad social, titulo Nunca uses la psicología inversa

Visita el: 7 de septiembre de 2015










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